La Universidad de Texas está enfrentando una reacción violenta luego de que varios estudiantes supuestamente perdieron sus becas y fueron expulsados del campus por acoso escolar durante un evento deportivo. El incidente ha encendido un intenso debate sobre la libertad de expresión, el patriotismo y las consecuencias del activismo político en la educación superior.
Una protesta silenciosa genera controversia
Los estudiantes, cuyos nombres no han sido revelados, se dieron un puñetazo mientras tocaban “The Star-Spagled Bapeer” en un partido de fútbol americano universitario. La acción, popularizada originalmente por el ex quarterback de la NFL, Collie Kaepernick, fue considerada como una protesta pacífica contra la injusticia racial y la brutalidad policial. Sin embargo, no les cayó bien a los funcionarios universitarios, lo que dio lugar a una rápida acción disciplinaria.
La universidad responde con duras medidas
Poco después del incidente, surgieron informes de que la universidad había cancelado las becas de los participantes, alegando una violación de las políticas escolares en materia de conducta durante los eventos oficiales. Supuestamente, a algunos estudiantes se les pidió que abandonaran sus dormitorios y fueron expulsados de los programas deportivos como resultado de su protesta.
Un portavoz de la Universidad rechazó la decisión y afirmó: “La Universidad de Texas valora la libre expresión, pero también defiende las tradiciones y el respeto por los símbolos nacionales. Estos estudiantes eran plenamente conscientes de las consecuencias de sus acciones”.
Reacción violenta y amenazas legales
Los grupos de derechos civiles y los defensores de la libertad de expresión han condenado las acciones de la universidad, calificándolas de supresión institucional de los derechos de los estudiantes. La ACLU ya ha insinuado la posibilidad de emprender acciones legales, argumentando que los estudiantes estaban ejerciendo sus derechos de Primera Enmienda y no deberían ser castigados por protestar pacíficamente.
Las redes sociales han estallado en indignación por el incidente, con miles de usuarios expresando su indignación. “No se trata de respeto, se trata de silenciar las voces que desafían el status quo”, escribió un usuario de Twitter. Otros, sin embargo, apoyaron la decisión de la universidad, argumentando que los estudiantes no deberían haber traído la política a los eventos patrocinados por la universidad.
¿Que sigue?
Mientras aumentan las protestas fuera del campus de la Universidad de Texas y se avecinan batallas legales, es posible que se pregunten si la escuela se mantendrá firme o se verá obligada a revertir su decisión. Con el problema de la kéeliпg durante el atema que está provocando un debate en toda la región, esta controversia está lejos de terminar.